miércoles, 29 de julio de 2009

SISTEMA CAMBIARIO

SISTEMA CAMBIARIO

Un sistema cambiario es el modelo adoptado por la autoridad monetaria y cambiaria de un país, que generalmente es el banco central (el Banco de la República en el caso de Colombia), como el sistema según el cual se desarrollará la política de tasa de cambio en dicho país.
La tasa de cambio muestra la relación que existe entre dos monedas. Esta expresa, por ejemplo, la cantidad de pesos que se deben pagar por una unidad de una moneda extranjera. En nuestro caso, se toma como base el dólar, porque es la divisa más utilizada en Colombia para las transacciones con el exterior, razón por la cual, en nuestro caso, sería la cantidad de pesos que se necesitan para comprar un dólar. Al igual que con el precio de cualquier producto, la tasa de cambio sube o baja dependiendo de la oferta y la demanda, pues cuando la oferta es mayor que la demanda (hay abundancia de dólares en el mercado y pocos compradores) la tasa de cambio baja; mientras que, por el contrario, cuando hay menos oferta que demanda (hay escasez de dólares y muchos compradores), la tasa de cambio sube.
Como se mencionó anteriormente, se pueden adoptar sistemas cambiarios que permitan que se lleve a cabo una determinada política de tasa de cambio. Básicamente, el sistema cambiario puede ser un sistema de tipo de cambio variable (flotante) o fijo:

Tasa de cambio fija:

Este sistema tiene como objetivo mantener constante, a través del tiempo, la relación de las dos monedas; es decir, que la cantidad de pesos que se necesiten para comprar un dólar (u otra moneda extranjera) sea la misma siempre. En este caso, el banco central, que en el caso de Colombia es el Banco de la República, se compromete a mantener esta relación y tomar las acciones necesarias para cumplir con este objetivo. Por lo tanto, cuando en el mercado existe mucha demanda por dólares o cualquier otra divisa (moneda extranjera), el Banco pone en el mercado la cantidad de dólares necesaria para mantener la tasa de cambio en el valor que se determinó. Igualmente, cuando se presentan excesos de oferta (cuando hay más dólares en el mercado de los que se están pidiendo o demandando), el Banco compra dólares para evitar que la tasa de cambio disminuya.

Tasa de cambio flotante:

Este régimen permite que el mercado, por medio de la oferta y la demanda de divisas (monedas extranjeras), sea el que determine el comportamiento de la relación entre las monedas. El banco central no interviene para controlar el precio, por lo cual la cantidad de pesos que se necesitan para comprar una unidad de moneda extranjera (dólar, por ejemplo) puede variar a lo largo del tiempo.
En Colombia, actualmente (agosto de 2002), existe una categoría particular de tasa de cambio flotante que se denomina tasa de cambio flotante sucia. Ésta tiene como fundamento un sistema cambiario de tasa de cambio flotante, sin embargo, esta tasa no es completamente libre, porque en un punto determinado, buscando evitar cambios repentinos y bruscos en el precio de la moneda, las autoridades pueden intervenir en el mercado. La diferencia de una tasa de cambio flotante sucia con una tasa de cambio fija es que, en este sistema de tasa de cambio, no se establecen unas metas fijas por encima o por debajo de las cuales el valor de la moneda no puede estar.
Durante varios años, existió en Colombia un sistema cambiario denominado banda cambiaria. Este sistema de control establece unos límites (máximos y mínimos) dentro de los cuales se debe encontrar la tasa de cambio. El límite máximo se llama el “techo” de la banda cambiaria y el límite mínimo se llama el “piso” de la banda cambiaria. Detrás de esta banda cambiaria existe una teoría de oferta y demanda de dinero: cuando la tasa de cambio alcanza el techo de la banda, lo que significa que los dólares son escasos y el precio está subiendo, el Banco de la República, entonces, vende dólares que tiene en reservas. Al hacerse esto, en el mercado ya no hay escasez de la moneda extranjera y, como ya no es difícil comprarla, el precio de ésta baja y la tasa de cambio vuelve a estar dentro de los límites establecidos. Lo contrario sucede cuando la tasa de cambio se encuentra en el piso de la banda cambiaria, lo que quiere decir que hay abundancia de dólares en el mercado, siendo ene este momento cuando El Banco de la República compra dólares, haciendo que los dólares ya no sean tan abundantes en el mercado, por lo cual el precio de éstos sube, ubicando a la tasa de cambio de nuevo en la banda. Este sistema se eliminó en el año 1999 para dar paso al sistema de tasa de cambio flotante sucio.
Las estadísticas sobre la tasa de cambio representativa del mercado (TRM) se encuentran en las páginas del Banco de la República y del Departamento Nacional de Planeación.
Fuentes consultadas
Banco de la República, Banda cambiaria
SAMUELSON, Paul A. y NORDHAUS, Willliam D., Economía, McGraw-Hill, México, 1986

El objetivo primario de la política monetaria es alcanzar y mantener una tasa de inflación baja y estable, y lograr que el producto crezca alrededor de su tendencia de largo plazo.
Esta es la única manera de lograr un crecimiento sostenido que genere empleo y mejore el nivel de vida de la población. Por el contrario, si la economía crece a un ritmo que no es sostenible, tarde o temprano se generará una crisis con consecuencias graves para la economía, deterioro de los indicadores sociales, pérdida de confianza de la población y caídas en la inversión y en el empleo.
La Junta Directiva del Banco de la República define metas cuantitativas de inflación. Esta última se define como la variación anual en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que produce el DANE.
La Junta Directiva del Banco de la República, fijó la meta de inflación para el año 2009 en el rango entre 4.5% y 5.5%, con 5% como meta puntual para efectos legales. Así mismo, fijó en 4% el punto medio del rango-meta de inflación para el año 2010 y confía que en el 2011 la inflación estará en el rango-meta de largo plazo (3% +/- 1 punto porcentual).
El Banco de la República implementa la política monetaria modificando las tasas de interés a la cual suministra y retira liquidez de la economía. Estas tasas de intervención son el instrumento de la política monetaria. A través de ellas, el Banco afecta las tasas de interés de mercado.
Cuando el Banco de la República altera sus tasas de intervención, afecta las tasas de interés de mercado, la tasa de cambio y el costo del crédito, poniendo en marcha una serie de mecanismos que influyen sobre:
Los mercados financieros.
Las decisiones de gasto, producción y empleo de los agentes.
Las expectativas de los agentes económicos, a partir de los anuncios de política.
La tasa de inflación, luego de un rezago de tiempo largo y variable.
Esta sucesión de mecanismos se conocen con el nombre de Mecanismos de Transmisión. Estos se refieren a los procesos o canales mediante los cuales las decisiones de política monetaria se transmiten al producto y la inflación
Objetivo de la política cambiaria

La estrategia de política monetaria ha sido implantada dentro de un régimen de flexibilidad cambiaria, sujeto a unas reglas de intervención con las cuales se han buscado los siguientes objetivos:
Mantener un nivel adecuado de reservas internacionales que reduzcan la vulnerabilidad de la economía frente a choques externos, tanto de cuenta corriente como de capital,
Limitar la volatilidad excesiva de la tasa de cambio en horizontes cortos, y
Moderar apreciaciones o depreciaciones excesivas que pongan en peligro el logro de las metas de inflación futuras, y la estabilidad externa y financiera de la economía.
El Banco de la República puede intervenir en el mercado cambiario mediante los siguientes instrumentos:
Intervención a través de la subasta automática de opciones de compra o venta de divisas al Banco, cada vez que la tasa de cambio se desvíe en más de 5% del promedio móvil de los últimos 20 días hábiles.
Intervención a través de subastas discrecionales de opciones de venta de divisas al Banco, para acumulación de reservas internacionales.
Intervención a través de subastas discrecionales de opciones de compra de divisas la Banco para desacumulación de reservas internacionales.
Intervención discrecional a través de compras o ventas directas de divisas del Banco en el mercado cambiario.
Dentro de una política monetaria de Inflación Objetivo como la que se practica en Colombia, se debe evaluar si una política de intervención cambiaria es coherente con el logro de las metas de inflación. Adicionalmente, se debe evaluar si la política de intervención es consistente con el esquema operativo de una estrategia de Inflación Objetivo. Con el fin de garantizar la consistencia entre ambas políticas se deben tener en cuenta los siguientes criterios:
Las tasas de interés son el instrumento primario de la política monetaria y deben moverse en una dirección consistente con el logro de las metas de inflación. Esto quiere decir que si el pronóstico de inflación está por encima de la meta, el Banco ajustaría sus tasas de interés al alza, y las bajaría en caso contrario.
La intervención cambiaria se debe llevar a cabo en forma coherente con la postura de la política monetaria. Así por ejemplo, compras de divisas no se realizan al tiempo con alzas en las tasas de intervención del Banco de la República, y ventas de divisas no se realizan al tiempo con bajas en las tasas de interés del Banco de la República.
Si la inflación proyectada está por debajo de la meta, la estrategia de inflación objetivo sugeriría una política monetaria más amplia, lo cual es compatible con compras de divisas por parte del banco Central, para atenuar la apreciación.
Si la inflación proyectada está por encima de la meta, la estrategia de inflación objetivo, sugeriría una política monetaria más restrictiva. Si en este escenario el Banco Central tuviera una programación de compra de divisas en el mercado, habría un conflicto entre la política monetaria y la cambiaria. En este caso, el Banco Central tendría que compensar la expansión resultante de su intervención cambiaria, mediante operaciones de contracción monetaria. Esto se conoce como intervención esterilizada.


Calma con el dólar

No parece haber razones estructurales para explicar las bruscas fluctuaciones del dólar. Se han evidenciado procesos especulativos. Es necesario obrar con prudencia y concentrarse en ser cada vez más competitivos, ampliar mercados y no depender de la tasa de cambio, una variable que no está bajo su control.
EL COLOMBIANO

Medellín

Publicado el 27 de julio de 2009

El dólar ha tenido en el último año un comportamiento excesivamente complicado. Se pasó de valores cercanos a 2.000 pesos en enero de 2008 a una cotización inferior a los 1.650 en el mes de junio del mismo año. La revaluación del peso superaba el 15 por ciento. En los meses siguientes el dólar volvió a subir, pero el comportamiento no era consistente y se pasaba de semanas con cotizaciones al alza, a otras con fuertes reacciones a la baja.A comienzos de 2009 la moneda de Estados Unidos pasó de los 2.200 a los 2.600 pesos. Mientras unos sugerían que se acercaría a los 3.000 pesos, otros, con mayor cautela, entre ellos varios codirectores del Banco de la República, señalaron que se estaba haciendo evidente una operación especulativa con el dólar y que un grupo de agentes estaba generando expectativas ficticias de devaluación, acompañadas de una fuerte alza coyuntural de esta divisa, para vender "futuros" por encima de los 2.600 pesos por dólar.El tiempo les dio la razón a los cautelosos. Se identificó un proceso especulativo que afectó negativamente las finanzas de importadores y exportadores. Es fundamental tener claridad sobre la existencia de este tipo de fenómenos en el mercado. ¿Cuánto hay de componente especulativo en la reciente y brusca tendencia del dólar a la baja? Responder con prudencia es, precisamente, el mejor antídoto para las corridas especulativas.Los actuales desbalances en cuentas cambiarias no indican que se tengan desajustes estructurales complicados. La cuenta corriente de exportaciones e importaciones presenta un pequeño excedente de 150 millones de dólares al cierre de junio, que no es razón para generar una tensión revaluacionista. Las cifras de inversión extranjera, ingreso de créditos externos o transferencias, tampoco muestran un comportamiento que explique la tendencia de valorización del peso.En la reciente coyuntura de crisis internacional, se hizo evidente la importancia de que Colombia haya adoptado un sistema de cambio flexible. Los países con esquemas de cambio intervenidos están padeciendo problemas fuertes de desaceleración, inflación y desajuste cambiario. Y la corrección les tomará un buen tiempo. Además, están generando distorsiones de tal magnitud que están quebrando sectores enteros de sus economías.Un ejemplo dramático es lo que está ocurriendo con el cultivo del café en Venezuela. El control de cambios, sumado al de precios, desestimuló la producción y generó contrabando hacia Colombia. Ahora, por primera vez, Venezuela tendrá que importar café.Es importante tener bien aprendidas estas lecciones. No son recomendables medidas restrictivas ni bandazos en la política cambiaria. El Banco de la República ha mostrado sensatez en el manejo de los instrumentos de mercado para actuar sobre la tasa de cambio, y las actuales condiciones inflacionarias le dan un margen de maniobra adecuado para comprar dólares y acumular reservas.Los empresarios colombianos, y en especial los antioqueños, mostraron el año pasado, en medio de la aguda revaluación, su capacidad para expandir las exportaciones no tradicionales. Saben que hay que ser competitivos, sin poner especial énfasis en una variable que no controlan: la tasa de cambio. Este es el camino que se debe seguir y consolidar.

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